SEVILLA 20.9.2019 / Jose Manuel García Bautista
Es el nombre con el que se identifica la copa, vaso o recipiente del que habría bebido Jesús de Nazaret en la última cena.
También el recipiente que sirvió a José de Arimatea, al pie de la cruz, para recoger la sangre de Cristo.
Al Santo Grial se le atribuyen propiedades curativas, casi mágicas, y está muy unido al mito artúrico del Santo Grial.
Los Caballeros de la Tabla Redonda se afanaban por buscarlo y venerarlo, aquel que lo poseyera o bebiera de él tendría el poder de la inmortalidad, de la vida eterna.
Sería, principalmente, en la Europa del Medievo, donde proliferaron todo tipo de cantos y poemas que referenciaban al Santo Grial.
Quizás la época de las Cruzadas hizo que hubiera y despertara un inusitado interés por reunir todo tipo de reliquias que llegaban de la llamada Tierra Santa, de Jerusalén.
Las reliquias eran un elemento evangelizador muy importante, en torno a las más importantes se construyeron grandes centros devocionales.
Grandes iglesias y catedrales, servían y activaban el comercio, a nivel religioso eran pieza importante pero para la economía lo eran aún más.
Surgió el mito artúrico y una de las misiones más importantes que debían cubrir los caballeros del legendario rey era la búsqueda del Grial.
Pese a todo, las descripciones que nos han llegado del mismo son tan ambiguas que deja mucho lugar a las dudas sobre su aspecto.
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